jueves, 26 de marzo de 2015

CASOS COMPLEJOS


Durante estas últimas dos décadas he dedicado mi practica profesional esencialmente al litigio y de manera concreta al litigio complejo. Si bien algunos de tales casos han tenido relación con derechos humanos y por lo tanto juicios contra el Estado, otros en su gran mayoría,  se han encontrado involucrados entes privados. En todos, la complejidad de los casos ha sido el denominador común.

La complejidad en el litigio está dado esencialmente por los siguientes elementos,  el número de involucrados, la cantidad de partes, el monto en discusión y la multiplicidad de procesos o juicios.  El desafío frente a este tipo de casos en general es la estrategia para enfrentarlos.

En primer lugar, como abogados,  debemos realizar un diagnóstico preliminar del conflicto, para identificar la potencialidad de la complejidad. En efecto, no todo caso de litigio complejo, nace como tal sin embargo, debemos tener la capacidad para identificar siempre la posibilidad de que se torne en complejo.

En el evento tanto del inicio de acciones dentro de un caso de litigio complejo como en la defensa frente a acciones propuestas, resulta fundamental la planificación. En efecto, ningún aspecto puede dejarse de considerar o analizar, mantener el control de los procesos en todo momento es crucial.  Evidentemente, esto implica además contar con un equipo que trabaje de manera coordinada.

La planificación de una estrategia para un caso de litigio complejo incluye necesariamente el manejo de tres tipos de estrategias. En primer lugar una estrategia de comunicación. En segundo lugar, una estrategia política y en tercer lugar los aspectos legales o jurídicos. Para cada área se debe contar con un equipo independiente que a su vez trabajen de manera coordinada con las restantes áreas.

En el caso del equipo legal resulta fundamental  contar con  abogados que sean capaces de trabajar bajo el liderazgo de uno de sus miembros. Debe existir una alta cohesión entre los miembros y el compromiso con el caso debe ser constante en el tiempo. Además, la disciplina para seguir un plan resulta fundamental.

De igual manera, los miembros del equipo y quien lidere al equipo debe mantener una mente abierta para conducir un constante aprendizaje, no sólo en lo jurídico sino también en aspectos ajenos al Derecho, pues no son pocas las ocasiones en que cuestiones científicas o técnicas son determinantes para la decisión del proceso.

Finalmente, se debe tener en cuenta que un litigio complejo es esencialmente costoso y no solo económicamente. No son pocas las circunstancias en que los líderes de los equipos se tornan en blanco visible de la contraparte y debe por ello enfrentar ataques que van más allá de lo jurídico.

No obstante lo señalado, el trabajo en casos complejos resulta para quien litiga una de las actividades más gratificantes como abogado. Esa ha sido mi personal  experiencia.